Ubicado en el ex-Batallón 121 que se desarrolla en la superficie de 30 hectáreas comprendidas entre las calles Ayacucho, Lamadrid, Las Heras y Pasaje Juárez. El moderno edificio estará contenido en una estructura metálica de 39 metros de alto, que servirá de soporte de una pantalla gigante donde se proyectarán los eventos deportivos y culturales, convirtiendo este sector del parque en un ámbito de convocatoria masiva. En su interior albergará colecciones de trofeos, indumentarias, documentados gráficos, objetos de interés histórico que conforman el patrimonio deportivo de la ciudad y la provincia.
El Museo del
Deporte Santafesino, es un proyecto dedicado a homenajear a los hombres y
mujeres de la provincia de Santa Fe que hicieron grande y universal el deporte
argentino, y a las innumerables instituciones que promocionan el deporte en
cada localidad de la provincia. El deporte es expresado en sus múltiples
dimensiones: destreza, tenacidad, talento, esfuerzo, solidaridad. El deporte
es, los hombres y las mujeres desafiando sus límites.
El 9 de junio de éste año (2019) inauguró la pantalla gigante dispuesta sobre una de las fachadas del futuro Museo, en la que pudo disfrutarse el mundial de fútbol 2018.
El arquitecto encargado de dicha obra fue Bruno Bolognesi (https://www.artstation.com/arqbbolognesi).
Ícono
La forma cúbica de la
estructura exterior refuerza el carácter unitario del edificio. Sus grandes
caras se aprovechan según sus orientaciones para captar la energía de la luz
solar o resolver el soporte de grandes pantallas en las que se proyectarán los
eventos deportivos más convocantes. Dando al parque que lo rodea la condición
de espacio público pleno de actividades masivas.
Contexto
El Proyecto de Intervención Urbana Integral del ex
Batallón 121 es parte de una operación de recualificación de la Zona Sur de
Rosario que incluye, además, el Área Tecnológica Rosario, áreas de uso
deportivo, edificios educativos, viviendas y parque público
En las mismas se proyectan, entre otros, los siguientes trabajos: Recuperación,
preservación y refuncionalización de los espacios abiertos y calles entre los
edificios del Polo Tecnológico. Recuperación y adaptación de la calle O. V.
Andrade. Apertura y proyecto de calle Gutiérrez como atravesamiento del parque
con dirección este-oeste. Diseño de trazado que permite dar forma a sectores de
parque de gran amplitud espacial y promueve extensas visuales hacia el Museo
del Deporte. Entre las calles Andrade y Gutiérrez se desarrolla el área
deportiva que se compone de tres canchas de fútbol y un playón de básquet más
servicios y vestuarios que se alojan en un edificio existente restaurado. Un
circuito de bicicletas recorre todo el parque con un piso especialmente
delimitado, señalizado y materializado para hacer óptima la experiencia de los
ciclistas.
Materia
El espacio del museo se conforma como un volumen cerrado,
suspendido sobre la planta baja y contenido dentro de una estructura metálica
hecha de una urdimbre espacial de caños estructurales de alta resistencia de
industria nacional, que conforma un cubo de 36 metros de lado apoyado en cuatro
pilones de hormigón, configurando un sistema canónico tridimensional portante
que integra al núcleo de hormigón como columna vertebral interna. Este sistema
modulado canaliza directa y activamente los esfuerzos provocados por las
acciones verticales y horizontales hacia sus puntos de apoyo, contribuyendo las
losas horizontales, los muros envolventes y el tabique de núcleo interno en la
rigidez global del edificio de mediana altura.
La estructura liviana reticulada espacial de acero con audacia y altas
prestaciones arquitectónicas y estructurales es una experiencia inédita en
nuestro medio, diseñada y ejecutada con aplicación de los avance
tecno-tecnológicos que dispone la industria local para calculo, corte,
soldadura y aseguramiento de calidad de tubos, barras y chapas de acero de alta
resistencia.
Sistema
El edificio del Museo se desarrolla en tres niveles, una
planta baja libre que por su cerramiento vidriado en todo su perímetro permite
una vinculación visual con el parque desde su interior. En esta planta baja se
encuentran también el hall de ingreso, la recepción, el bar un bloque compacto
de hormigón que aloja los servicios.
A partir de este piso parten las escaleras mecánicas que vinculan los distintos
niveles.
En el subsuelo y en continuidad espacial con la planta baja, se desarrolla un
espacio que oficia de auditorio y que mediante un sistema de puertas plegadizas
tiene la posibilidad de ampliarse.
El otro sistema de escaleras conduce a los pisos altos. El primer y segundo
piso se destina a las exposiciones permanentes del deporte santafesino y por
detrás del bloque de servicios la administración.
Por último la azotea delimitada por la estructura metálica perimetral, estará
destinada a actividades culturales que puedan desarrollarse al exterior,
aprovechando los 18 metros de altura libres hasta el armado superior de la
estructura.
Vínculos
El edificio se retira de ambas calles la medida
suficiente como para ofrecer un generoso espacio de contemplación y gira
levemente con respecto a la dirección de la calle Ayacucho corrigiendo la
perspectiva y exponiendo de manera plena la cara sur del edificio hacia la vereda,
transformada en una extensa explanada.
La perspectiva y la distancia favorecen las visuales hacia las caras del museo
que serán soporte de las grandes pantallas en las que se proyectarán los
eventos deportivos más convocantes, dando al parque que lo rodea la condición
de espacio público pleno de actividades masivas.
La forma cúbica de la estructura exterior refuerza el carácter unitario del
edificio. Sus grandes caras se aprovechan según sus orientaciones para captar
la energía de la luz solar o resolver el soporte de las grandes pantallas. Así
el edificio, por ubicación y escala, adquiere un significado urbano dominante
en el lugar.