La Confitería del Molino fue una histórica
confitería, pastelería, bar y restaurante ubicada frente al edificio del
Congreso Nacional, en el barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires,
Argentina.
La obra se halla entre las más notables de su
época por la calidad de los materiales empleados, muchos de ellos importados.
Se destacan los revestimientos de mármol de las columnas, pilastras y paneles
del interior de los locales de gran riqueza y suntuosidad, así como algunas
obras de arte traídas especialmente de Italia que dan un carácter particular
lujoso a sus salones
Fue inaugurada el 9 de julio de 1916 (con algunas partes aún inacabadas) y cerró sus puertas en 1997.
Características arquitectónicas:
Para construir este valioso exponente del Art
Nouveau y vanguardia de la Belle Époque Gianotti hizo traer todos los
materiales de Italia: puertas, ventanas, mármoles, manijones de bronce,
cerámicas, cristalería y más de 150 metros cuadrados de vitraux.
El encargado de llevar adelante dicha obra
maestra fue el arquitecto Francisco Gianotti, el mismo que construyó la Galería
Guemes.
El edificio tiene una estructura de hormigón
armado, material aún novedoso en esa época en que todavía se construía con
ladrillo y losas de bovedilla catalana. La empresa alemana GEOPÉ estuvo a cargo
de la obra, aportando su conocimiento y manejo del material, en esa época
conocido como "Cemento Portland".
El inmueble, que tiene la forma básica del
edificio académico típico de Buenos Aires, está constituido por tres subsuelos,
una planta baja y cinco pisos. Los salones para fiestas estaban en la esquina,
y los tres subsuelos alojaban una planta de elaboración integral, una fábrica
de hielo, las bodegas, los depósitos y el taller mecánico. La envolvente
superior servía para viviendas y oficinas. Para que no interfirieran con la
actividad de la confitería las columnas de hierro fueron colocadas de manera
que sostuviesen los subsuelos y la planta baja y sobre ellas se colocó la estructura
de hormigón armado que sostiene el resto del edificio.
Su fachada, que abraza la esquina, tiene un
desarrollo simétrico y está revestida por piedras París. Se destaca en ella su
fantasiosa ornamentación, de influencia veneciana.
El edificio posee mosaicos opalinos, capiteles de bronce y cerámicas de oro en la mansarda. Existían, coronando el ático, unas esculturas alegóricas que homenajeaban a las provincias argentinas.
Aún pueden verse en el frente las aspas de un molino de fantasía y justo encima de él se alza la imponente cúpula en aguja, que fue cerrada con vitrales Art Nouveau multicolores.