Abrió sus puertas para celebrar sus 103 años y unas 5.000 personas visitaron el histórico edificio ubicado en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao, frente al Congreso de la Nación.

La Confitería del Molino fue una histórica confitería, pastelería, bar y restaurante ubicada frente al edificio del Congreso Nacional, en el barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

La obra se halla entre las más notables de su época por la calidad de los materiales empleados, muchos de ellos importados. Se destacan los revestimientos de mármol de las columnas, pilastras y paneles del interior de los locales de gran riqueza y suntuosidad, así como algunas obras de arte traídas especialmente de Italia que dan un carácter particular lujoso a sus salones

Fue inaugurada el 9 de julio de 1916 (con algunas partes aún inacabadas) y cerró sus puertas en 1997.

Características arquitectónicas:

Para construir este valioso exponente del Art Nouveau y vanguardia de la Belle Époque Gianotti hizo traer todos los materiales de Italia: puertas, ventanas, mármoles, manijones de bronce, cerámicas, cristalería y más de 150 metros cuadrados de vitraux.

El encargado de llevar adelante dicha obra maestra fue el arquitecto Francisco Gianotti, el mismo que construyó la Galería Guemes.

El edificio tiene una estructura de hormigón armado, material aún novedoso en esa época en que todavía se construía con ladrillo y losas de bovedilla catalana. La empresa alemana GEOPÉ estuvo a cargo de la obra, aportando su conocimiento y manejo del material, en esa época conocido como "Cemento Portland".

El inmueble, que tiene la forma básica del edificio académico típico de Buenos Aires, está constituido por tres subsuelos, una planta baja y cinco pisos. Los salones para fiestas estaban en la esquina, y los tres subsuelos alojaban una planta de elaboración integral, una fábrica de hielo, las bodegas, los depósitos y el taller mecánico. La envolvente superior servía para viviendas y oficinas. Para que no interfirieran con la actividad de la confitería las columnas de hierro fueron colocadas de manera que sostuviesen los subsuelos y la planta baja y sobre ellas se colocó la estructura de hormigón armado que sostiene el resto del edificio.

Su fachada, que abraza la esquina, tiene un desarrollo simétrico y está revestida por piedras París. Se destaca en ella su fantasiosa ornamentación, de influencia veneciana.

El edificio posee mosaicos opalinos, capiteles de bronce y cerámicas de oro en la mansarda. Existían, coronando el ático, unas esculturas alegóricas que homenajeaban a las provincias argentinas.

Aún pueden verse en el frente las aspas de un molino de fantasía y justo encima de él se alza la imponente cúpula en aguja, que fue cerrada con vitrales Art Nouveau multicolores.