La arquitectura experimentará transformaciones más notorias a partir de la pandemia
Los entornos construidos y las maneras en que las personas se mueven en ellos comenzaron a cambiar. Las transformaciones que se podrán ver en el diseño y la arquitectura no serán radicales, debido a que desde hace algún tiempo han sido adoptadas de manera paulatina, sin embargo, será momento de que las tendencias se consoliden.
El diseño de los espacios tenderá a acentuar la sustentabilidad, la implementación de sistemas pasivos y la flexibilidad de los entornos. Estos deberán resistir no sólo un impacto pandémico, sino también de índole social, sanitario y económico. Por eso se deberá apuntar a diseñar espacios resilientes.
Según el manifiesto urbanístico de la Carta de Atenas, la ciudad debería organizarse para satisfacer cuatro necesidades fundamentales: habitar, trabajar, recrear y circular. A partir de la pandemia todas estas funciones se centraron en espacios interiores, y la última, sufrió restricciones.
La pandemia alteró todas las condiciones del habitar y la organización del espacio. El confinamiento ha recluido a la población en sus propias viviendas, comprimiendo en uno los distintos espacios para el desarrollo de las actividades cotidianas (habitar, trabajar, hacer deportes, socializar, etc.)
A los desafíos tradicionales de la arquitectura se añaden ahora nuevos hábitos, nuevos usos, nuevas tecnologías, nuevos dilemas constructivos, nuevos estándares de higiene, etc.
La arquitectura deberá adaptarse a los cambios que necesita el usuario, enfocarse en el bienestar, en el confort de las personas. La sustentabilidad y el wellness, dejarán de ser un lujo para convertirse en la regla.
Esto producirá una mayor inversión en equipos mecánicos, de aire acondicionado, y el empleo de tecnologías para lograr más seguridad y control de los espacios, asimismo la adopción de diseños que aprovechen el entorno para obtener su máximo beneficio.
Se anticipa también el uso de sistemas pasivos, como la entrada de aire natural. Una de las principales pruebas por la que transitarán los arquitectos será diseñar proyectos refrigerados natural o artificialmente de la forma más eficiente y adecuada posible. Según la ONU, las ciudades que más crecerán se localizan fundamentalmente en climas cálidos y para evitar una catástrofe energética, el diseño arquitectónico debe comenzar a abordar estos temas como primordiales.
El uso de la tecnología también incidirá en la arquitectura. La utilización de artefactos o sistemas que pueden convertir a una vivienda o edificio en inteligente, inició hace unos años atrás, cuando las generaciones millennial y Z, que se criaron en un entorno tecnológico, empezaron a habitar los inmuebles.
Espacios como terrazas, balcones y jardines se volvieron anhelados y valorados, pues funcionaron como el escape al exterior sin exponerse al riesgo de contagio.
Xavier Bustos, arquitecto director de Cities Connection Project enfatiza: “Es evidente que una vivienda mejora con la incorporación del espacio exterior (patios, balcones, terrazas, jardines), de espacios flexibles de relación que permitan incorporar usos paralelos al del propio habitar, con espacios generosos en superficie y volumen, como es evidente que una vivienda mejora con las condiciones de luz natural, ventilación, flexibilidad tipológica o materiales naturales utilizados en su construcción"
El diseño y organización de los espacios de trabajo es otro tema sobre el que se ha abierto un gran debate. El forzoso impulso al home-working consolidará esta modalidad de trabajo después de la pandemia e implicará adecuaciones también en las oficinas físicas, que deberán adaptarse para gestionar el trabajo en remoto y para albergar un flujo menor de empleados.
Maurizio Papa, arquitecto asociado de UnStudio, remarca que “después de meses trabajando desde casa, no estaremos listos para volver al openspace. La tendencia ya vista en varios proyectos crecerá: reducir al mínimo el número de escritorios fijos en las oficinas a favor de espacios flexibles e informales. En este momento, todos piden flexibilidad, estamos descubriendo que se puede trabajar desde diferentes lugares”.
Reflexiones similares se están realizando para imaginar cómo se transformarán los diferentes espacios: los restaurantes, las áreas comerciales, los establecimientos educativos, los teatros y los gimnasios, hasta llegar a re-pensar la ciudad.
Un diseño arquitectónico que no tenga en cuenta sus efectos a escala local y global, y que no sea versátil, se vuelve inviable y un problema para las generaciones venideras.
Eventos como la pandemia son un acelerador de transformaciones, varias de las cuales ya se avecinaban. Las epidemias sirven en muchos casos para que las ciudades se adapten y enfoquen en mejorar la vida de las personas que las habitan.