Proceso innovador para una construcción sostenible

El concreto es uno de los materiales más consumidos en el planeta y su producción está incrementándose. Desafortunadamente, esto tiene un gran costo ambiental, por el porcentaje que representa en el consumo mundial de las emisiones de carbono. 

La impresión 3D a gran escala de hormigón bajo en carbono garantiza una construcción de hormigón más económica, rápida, segura, eficiente y ecológica; en comparación a los métodos de fabricación tradicionales.

Reduciendo la cantidad de hormigón y la cantidad de residuos producidos de manera significativa, la solución hace que el proceso sea más sostenible.

Una impresora 3D de hormigón además reduce la cantidad de personal y la longitud de las cadenas de suministro. Sumado a lo anterior, utilizando una impresora de esta magnitud, la construcción se puede completar con un mayor grado de resiliencia y complejidad geométrica.

La tecnología de impresión 3D de hormigón y la robótica otorgan nuevas posibilidades a la industria de la construcción, mejorando la huella de carbono y simplificando la producción de elementos de hormigón directamente desde el sitio.

Esto es un éxito colosal en términos de huella de CO2 e implica mejoras en la metodología de construcción para el futuro a largo plazo de la industria. Las impresoras 3D de hormigón fueron ganando popularidad entre arquitectos y empresas de construcción. 

Una impresora 3D se basa en la extrusión de material. Esta técnica permite la creación de un objeto tridimensional mediante la superposición de capas sucesivas de material. El volumen de construcción, la resolución de impresión, la practicidad y la eficiencia de la máquina variarán según su sistema, tecnología, fabricante y aplicaciones previstas.

A pesar de la idea errónea de que un edificio se puede construir en su totalidad únicamente con una impresora 3D de hormigón, normalmente sólo las paredes y los cimientos se crean con esta técnica. Sin embargo, la fabricación aditiva de hormigón ha tenido un impacto enorme en la industria de la construcción. 

Estos métodos ya han permitido construir viviendas en varios países del mundo: Alemania, Bélgica, Dubái, Marruecos y Francia, así como una oficina en Dinamarca.

Mediante esta  tecnología de vanguardia se puede construir una casa impresa en 3D en tan sólo 12 horas y con un coste inferior a 10.000 dólares. Su proceso de construcción reduce las emisiones de CO2 hasta en un 70% en comparación con un proyecto típico de construcción de casas.

Varios de estos avances ofrecen soluciones a nivel mundial para problemas como la falta de vivienda y la preservación de los recursos naturales.

La primera escuela en el mundo impresa en 3D se inauguró en Malawi. El edificio posee 56 metros cuadrados. Las paredes  se imprimieron en 18 horas, en comparación con los varios días requeridos por los métodos convencionales, implicando una  gran velocidad de esta metodología de construcción. Tanto las ventanas,  como puertas, techos y accesorios diversos, son agregados por trabajadores calificados. 

En lo que respecta a la impresión y construcción en 3D, Dubái está a la cabeza de estos desarrollos y sigue apostando por la fabricación aditiva en la construcción. Hace unos años anunció que para el 2030 el 25% de sus edificios serán impresos en 3D.

Una de las obras más imponentes con que cuenta Dubai, realizada con esta tecnología, es un edificio impreso en 3D, que posee 640 metros cuadrados,  en los cuales se han realizado todos los muros con una impresora 3D de hormigón.

Este proyecto es un punto de inflexión importante en el sector de la construcción.


Fotografía: Apis Cor